Tres arcos de medio punto de generosa amplitud han dado la bienvenida a la villa de Roa durante muchísimos años, hasta la construcción del nuevo puente, duplicando la entrada a Roa desde el margen izquierdo del río. Situado al pie del cerro fortificado raudense, el puente MAYOR de Roa inicia el recorrido con una curva terminando en la orilla sur, entre el humilladero de San Roque y el antiguo puesto de la Cruz Roja, que antaño fue casilla del cobro de pontazgo. El cobro de este impuesto, así como la aportación exclusiva de los vecinos, permitió su reparación desde mediados del siglo XV hasta el siglo XIX.

No hay evidencias de que el puente actual sustituyera a un posible puente romano sobre el Duero, pero sí de las modificaciones que ha sufrido, llegando a tener siete arcos. Tras inundaciones y consecuentes deterioros del puente, vuelve a insistirse en su reparación tras la crisis de la Guerra de Sucesión, a pesar de la oposición de la villa de Aranda, que consideraba que eran obras superfluas. Pero poco debió hacerse hasta que el general Zariategui lo destruyó parcialmente, siendo reparado provisionalmente, reduciendo el número de sus arcos a cuatro, dato que está en entredicho (actualmente son tres los arcos que lo conforman).

Hoy en día el PUENTE MAYOR de Roa es un símbolo de esta villa burgalesa, y muestra arcos y pilas rehechos tras una gran reconstrucción que recimentó los apoyos en 1923.

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