Ruta del Infante Don Juan Manuel
El infante Don Juan Manuel, sobrino del rey Alfonso X el Sabio y nieto de Fernando III el Santo, perteneció a la más alta nobleza castellana. Sus padres fueron Manuel de Castilla y Beatriz de Saboya pero se quedó huérfano cuando solo tenía ocho años, siendo su tutor a partir de ese momento el rey Sancho IV de Castilla. Don Juan Manuel heredó de su padre el gran señorío de Villena, y el de Escalona.
Peñafiel fue una donación de Sancho IV con motivo de su nacimiento. Posteriormente recibió de Alfonso IV de Aragón el título vitalicio de príncipe de Villena. Se convirtió en uno de los hombres más ricos y poderosos de su época manteniendo él solo un ejército de mil caballeros y llegando a acuñar su propia moneda durante un tiempo, tal y como hacían los reyes.
DON JUAN MANUEL, AMANTE DEL SABER Y LA CULTURA
Don Juan Manuel fue también un gran amante del saber y uno de los hombres más cultos de su época. Pertenecía a una familia real muy preocupada por la cultura y el uso del castellano. Su abuelo Fernando III el Santo ordenó el uso del castellano en los documentos de la chancillería y fundó la Escuela de Traductores de Toledo, su tío Alfonso X el Sabio la impulsó e inició numerosos proyectos, y a su tío Enrique de Castilla se le atribuye la primera versión del Amadís de Gaula. Don Juan Manuel pasó los últimos años de su vida entregado a la literatura. Fue el primer escritor peninsular con clara conciencia de autoría y es el máximo representante de la prosa castellana del siglo XIV.
Orgulloso de sus obras, decidió reunirlas todas en un solo volumen, que dejó en el Convento de San Pablo en Peñafiel para que no sufrieran las alteraciones de los copistas. Don Juan Manuel se decidió a escribir libros en lengua vulgar con el objetivo de facilitar su acceso a un mayor número de lectores. En general, su literatura, fundamentalmente didáctica y narrativa, es un reflejo de su carácter, de sus ambiciones y de sus creencias. El Libro de Patronio o Conde Lucanor, concluida en 1335, es, sin duda alguna, su obra maestra.
DON JUAN MANUEL, SEÑOR DE PEÑAFIEL
El infante don Juan Manuel, en 1307, se propuso remozar el viejo castillo de Peñafiel, que se encontraba en estado ruinoso, y convertirlo en uno de los más insignes y majestuosos de todo el país. Fue el artífice de la majestuosa torre del homenaje, de planta rectangular coronada por ocho torres cilíndricas. Es precisamente en este castillo, donde actualmente se ubica el Museo Provincial del Vino.
En la época de don Juan Manuel, toda la villa de Peñafiel estaba rodeada de murallas y torreones que se prolongaban desde los extramuros del castillo. Él hizo construir una doble muralla y varias torres. El conjunto amurallado se terminó en 1345 y contaba con cinco puertas, abarcando un perímetro total de unos 2.200 metros. En la actualidad se conservan cuatro de sus puertas (dos al sur y dos al norte).
Tanto la Iglesia como el Convento de San Pablo fue en su origen un alcázar edificado por mandato del rey Alfonso X el Sabio. Su sobrino, don Juan Manuel, lo convierte en 1324 en un convento para los dominicos ampliando la iglesia y modificándolo en estilo gótico-mudéjar. Su intención era que sus restos descansasen en el altar mayor de esta iglesia.
Don Juan Manuel, poco antes de su muerte, firmó unas ordenanzas que regularon la vida cotidiana de Peñafiel, el trabajo de las tierras, su gobierno, el comercio del vino en su señorío o sus fiestas. Se trata del único autógrafo que existe a día de hoy del personaje.
Peñafiel fue uno de los lugares preferidos de don Juan Manuel y ahí reposan sus restos desde su muerte en 1348.